No podría estar más de acuerdo con alguien que con el
diputado nacional del Partido Popular, Alfredo Prada, cuando afirmó el pasado
30 de enero que de cara a las elecciones europeas del próximo 25 de mayo
"el único voto que vale, nos guste o no nos guste, es el voto útil".
Es más, yo no limitaría esta premisa a las elecciones europeas sino que también
la extendería a las elecciones nacionales, autonómicas y municipales.
Cada vez que depositamos nuestro voto en una urna debemos
hacerlo con el convencimiento de que dicho voto va a ser útil, que va a
significar alguna mejora o beneficio para el conjunto de la sociedad. Esto es
algo que siempre ha defendido Unión Progreso y Democracia, y así lo recordarán
los ciudadanos de las Comunidades Autónomas de Madrid y el País Vasco, entre
otras, dado que tanto Luis de Velasco como Gorka Maneiro repitieron ese eslogan
hasta la extenuación durante sus respectivas campañas electorales.
Ahora bien, tampoco podría estar más en desacuerdo con
alguien que con el propio diputado popular, para quien el voto útil
"significa votar PP o PSOE". Dudo mucho que el voto útil entienda de
siglas, pues una siglas, por sí solas, no reportan o deberían reportar
beneficio alguno a nadie. El voto útil entiende de trabajo, de compromiso, de
honradez.
Dejadme que os cuente algo. Hace cinco años, en el 2009, yo
no era afiliado ni simpatizante de UPyD. Era lo que sois ahora mismo muchos de
vosotros: una persona descontenta con los dos "partidos grandes" que
vio en UPyD un último rayo de luz en el panorama político español. Ese año
decidí prestarle mi confianza a Francisco Sosa Wagner durante cinco años con la
intención de pedirle cuentas ahora, justo ahora, a dos meses de unas nuevas
elecciones al Parlamento Europeo. Y eso es lo que voy a hacer: ¿Fue mi voto
útil en aquella ocasión o no? La mejor manera de responder a esta pregunta es a
través de datos objetivos (los podéis encontrar todos en la página web del
propio PE http://www.europarl.europa.eu/meps/es/search.html?country=ES).
Durante estos cinco años, Francisco Sosa Wagner ha sido miembro de la
Comisión de Industria, Investigación y Energía, de la Delegación en la Comisión
Parlamentaria Mixta UE-México, y de la Delegación en la Asamblea Parlamentaria
Euro-Latinoamericana. También ha sido suplente de la Comisión de Desarrollo y
de la Delegación para las Relaciones con los Países del Sudeste Asiático y la
Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. Ha intervenido en 146 ocasiones en
la sesión plenaria del Parlamento Europeo y ha formulado 247 preguntas
parlamentarias.
Desde luego, a la vista de estos números parece que si ha
trabajado a lo largo de esta legislatura. Pero, ¿qué han hecho, durante este
mismo período de tiempo, los que fueran cabezas de lista de los dos partidos
políticos nacionales mayoritarios?.
Jaime Mayor Oreja fue el candidato que encabezó la lista del
PP en esas elecciones. Ha sido miembro de la Comisión de Asuntos
Constitucionales y de la Delegación para las relaciones con Japón, y suplente
de la Comisión de Asuntos Exteriores y de la Delegación para las Relaciones con
Albania, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro y Kosovo. Durante estos cinco
años ha intervenido 14 veces en sesión plenaria (132 veces menos que Sosa
Wagner) y tan sólo ha formulado una pregunta parlamentaria (246 menos que el
candidato de UPyD).
El PSOE, por su parte, eligió a Juan Fernando López Aguilar
para encabezar su lista, quien durante estos cinco años ha ejercido como
Presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior,
ha sido miembro de la Conferencia de Presidentes de Comisión y suplente de la Delegación en
la Asamblea Parlamentaria Paritaria ACP-UE. Ha intervenido 116 veces en sesión
plenaria (30 veces menos que Sosa Wagner) y ha planteado 46 preguntas
parlamentarias (201 preguntas menos).
Volviendo a la pregunta que me planteaba antes: ¿fue o no
útil mi voto en las elecciones al Parlamento Europeo celebradas en 2009? A la
vista de los datos anteriores puedo responder, de manera tajante, que sí.
Francisco Sosa Wagner ha sido un ejemplo de trabajo, de entrega, de compromiso,
de honradez. Y eso es lo que verdaderamente es el voto útil, no la pertenencia
a unas determinadas siglas. El próximo 25 mayo yo volveré a ejercer el voto útil. Y, ¿tú?
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